El Discurso Motivacional


















Para todo orador el llegar al corazón de las personas y mover sus emociones representa un reto de gran dimensión. Con esfuerzo y dedicación podemos someternos a jornadas de estudio y reflexión para presentar discursos con argumentación.

Si acudimos a la movilización de masas, bastará con pronunciar discursos que hablen sobre valores como la libertad o de elogios a los héroes nacionales y a la propia historia, para despertar en la audiencia un sentimiento de lucha.

Sin embargo despertar deseos de crecimiento y superación personal no es sencillo. Exige una alta capacidad de empatía con el público y dominar la técnica del discurso motivacional.

Para ello debemos usar algunas de las herramientas del Coaching como lo es la escucha activa. Aquí lo importante se concentra en conocer a nuestro público y comprender sus emociones y estados de ánimo.

Debemos pensar en ellos de forma emocional. El discurso motivacional requiere observar el lenguaje verbal y no verbal. Si lo logras sabrás como modular la voz, usar los ademanes o que metáfora utilizar.

Posteriormente debes hablarle al corazón. No te dirijas a la razón. Tu discurso se dirige a mover sus emociones y despertar en ellos una chispa que nace en el corazón y llega a todo el cuerpo, para terminar iluminando el horizonte de vida de tu audiencia.

Tu discurso debe ser estructurado de forma narrativa. Auxíliate de cuentos, fábulas o leyendas. Se trata de que el público te entienda y se una a tu narración. No busques impresionar. Eso te aleja de la posibilidad de motivarlos.

Preséntate más allá de los formulismos. No te conformes con la manera en que te anuncia el maestro de ceremonias. Debes resumirte en no más de dos minutos y decir ¿quién eres?, ¿por qué estas ahí?, ¿cómo te iniciaste en el arte de la motivación? y ¿qué esperas al concluir la charla?.

Dale color y tono a tu voz. Imagina que estuvieras leyendo un cuento y habla generando ese sentimiento de confianza en la audiencia. Tus ademanes deben  proyectar energía y vitalidad. La pereza no motiva.

¿Que modelos de discurso usar? Te recomiendo dos: “tres tiempos” que consiste en anticipar que vas a hablar sobre tres temas, historias o cuentos; el mejor ejemplo de esta técnica de discurso la encuentras con Steve Jobs en el discurso que pronuncia en la Universidad de Stanford “Debes encontrar eso que amas”. Story Teller que es una técnica que consiste en desarrollar el discurso como una historia personal, para generar la simpatía del público y compartir tus vivencias. Carlos Kasuga Osaka usa esta técnica de discurso “Calidad y productividad al estilo japonés”. 

Debes compartir capítulos de tu vida personal. Cuando lo hagas busca al final encontrar alguna enseñanza que quieras compartir con el público.

Lo más importante que te exige el discurso motivacional, se concentra en la motivación propia. Debes ser un orador con una gran inteligencia emocional, que te permita canalizar positivamente las emociones que viven en ti cotidianamente.

El discurso motivacional te exige equilibrio personal, alta autoestima, deseos de superación y el deseo de compartir y ayudar a los demás. Cuando me inicié en el Coaching, aprendí la grandeza que representa el poder acompañar a los demás en su proceso de desarrollo.

En este tipo de discurso difícilmente podemos calcular el impacto de nuestras palabras. Lo que sabemos es que son como semillas que buscan sembrarse en algún corazón que desea ser libre y caminar. Si nuestro discurso cae en tierra fértil, fructificará en el árbol robustecido, verde y frondoso de la motivación. 

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