El Poder de la Voluntad o la Voluntad del Poder

Me inicie en los concursos de oratoria a los 15 años. Concurrí como muchos miembros de mi generación a los concursos de secundaria, bachillerato y universidad. Debo reconocer que mi primera participación no obedeció al amor a la palabra. Necesitaba puntos extras para acreditar una materia y participar en la eliminatoria de la escuela me ayudaba a pasar sin mayor problema. Sin pensarlo la palabra marco mi vida y desde febrero de 1992 a la fecha soy practicante de oratoria. La tribuna, hablar en público y los discursos, se volvieron elementos habituales de mi vida. En esos primeros concursos llegue a observar en repetidas ocasiones, que muchos de mis compañeros que asistían a esos concursos, no podían concluir sus participaciones. Iniciaban con gran voz, frases elegantes y finalmente a los dos minutos de participación guardaban silencio y bajaban la mirada. Era el miedo a hablar en público lo que les impedía terminar su discurso. En aquellos años no...