El Poder de la Voluntad o la Voluntad del Poder





Me inicie en los concursos de oratoria a los 15 años. Concurrí como muchos miembros de mi generación a los concursos de secundaria, bachillerato y universidad. Debo reconocer que mi primera participación no obedeció al amor a la palabra. Necesitaba puntos extras para acreditar una materia y participar en la eliminatoria de la escuela me ayudaba a pasar sin mayor problema.

Sin pensarlo la palabra marco mi vida y desde febrero de 1992 a la fecha soy practicante de oratoria.  La tribuna, hablar en público y los discursos, se volvieron elementos habituales de mi vida.

En esos primeros concursos llegue a observar en repetidas ocasiones, que muchos de mis compañeros que asistían a esos concursos, no podían concluir sus participaciones. Iniciaban con gran voz, frases elegantes y finalmente a los dos minutos  de participación guardaban silencio y bajaban la mirada. Era el miedo a hablar en público lo que les impedía terminar su discurso.



En aquellos años no podía entender lo que les pasaba. En lo personal sentía muchos nervios cuando se acercaba el momento de mi participación, pero nunca sufrí el miedo a hablar en público. Siempre logre concluir mis discursos.

Me retire de los concursos en 2004 como Campeón Nacional de Oratoria y desde entonces me he dedicado a impartir cursos y conferencias sobre el arte de hablar en público.

En esta fase de mi vida es en la que me ha tocado acompañar a muchas mujeres y hombres a vencer el miedo a hablar en público.

Debo reconocer que en los primeros cursos no sabia como ayudar a las personas a vencer el miedo. Había leído sobre como estructurar discursos, conocía ejercicios para mejorar la voz y la dicción, también compartía libros y películas que les ayudarían a incrementar su cultura. Pero no sabia como acompañarlos y motivarlos para vencer el miedo.

En ese proceso comprendí que me faltaban herramientas y decidí buscarlas. El Coaching fue la respuesta a la pregunta de ¿Cómo ayudarlos a vencer ese miedo? El miedo a hablar en público surge de una experiencia negativa que no hemos podido superar. No es muy diferente al miedo a la muerte o a la obscuridad. La forma en que se manifiesta en nuestro cuerpo es muy similar a otros temores: sudoración en las manos, temblor en las piernas o respiración agitada entre muchas otras.


Los elementos que generan ese miedo se encuentra en nuestra memoria y cuando nos vemos en la necesidad de hablar frente a las personas, ese recuerdo detona en nosotros una serie de emociones negativas: insatisfacción, miedo, impotencia, furia  o frustración.

Quiero compartirte amigo lector, que en el proceso por conquistar la libertad de expresarte públicamente con seguridad, sencillez y naturalidad, es necesario poseer una gran determinación. Ahí aparece el poder de la voluntad.

Cuando dejas que ese miedo te domine dejas escapar muchas oportunidades muy valiosas para tu crecimiento personal, laboral, profesional y familiar. Permites que tu presente se vea limitado por un suceso del pasado. Avanzas en la vida cargando sobre tu espalda una loza de tristeza y amargura.

Le otorgas más poder al pasado que a tu presente y con ello estas limitando el futuro. En el coaching me enseñaron a soñar y a actuar desde el presente. Aprendí de Rafael Echeverría que el don más grande que nos otorgaron como seres humanos, no es la capacidad de saber ¿quién soy? Sino el poder de determinar ¿quién decido ser?.


Por ello quien decide hablar en público primero debe decidir que no permitirá que su pasado cancele su presente. También aprendí que los seres humanos otorgamos a nuestros semejantes una parte del poder que anida en nuestro espíritu. Conforme vamos creciendo, escuchamos voces y opiniones que tratan de orientar nuestra conducta, hábitos y costumbres.  Cuando le hacemos caso a una de esas voces, le estamos otorgando el poder de interferir en nuestras vidas.

La mayoría de las veces entregamos ese poder a nuestros padres, hermanos, pareja o hijos. A ellos les permitimos que nos digan:  “no hagas esto” “no hables así” “no te pongas esa ropa”, “evita esas amistades” o “no gastes en eso”. Al hacerles caso estamos otorgándoles un poder infinito sobre nosotros.


Sin embargo no podemos otorgar ese poder a una muchedumbre. Cada ocasión que permites que la opinión, las miradas o el cuchicheo de tu audiencia limité tu capacidad de expresión oral, de alguna forma le estas otorgando un poder enorme. Estas permitiendo que limiten tu crecimiento humano y que generen en ti una serie de emociones negativas que te hacen sentir muy mal.


Quitar ese poder exige determinación y carácter. Es necesario enfrentarlo ejerciendo un gran control sobre nuestras emociones. Cuando quitamos ese poder al público y no permitimos que el pasado nos lastime en el presente, podemos decir con satisfacción que hemos vencido.


Una de mis ultimas lecciones en mi certificación como coach consistió en entender que “la energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma” y que tal vez más que vencer se trata de transformar esa emoción negativa en una positiva. En pasar del miedo a la seguridad, de la tristeza a la alegría y de la insatisfacción a la tranquilidad. 


Joseph O, Connor en una de sus frases dice “muchas veces la recompensa no esta en la meta sino en el camino”. Yo creo en esas palabras. Quienes ingresan al  Entrenamiento Habla en Público Exitosamente” lo hacen con la intención de ser grandes líderes y oradores. En la realidad cuando concluyen nuestro programa, encontramos a grandes seres humanos que tienen: determinación, voluntad, poder personal, ganas por hacer las cosas y una gran capacidad para pasar de la idea a la acción. Hablar en público es el resultado de la suma de todas estas cualidades.

Sentir miedo no es malo si se vuelve un elemento desafiante y generador de cambios, que me lleve a descubrir un poder que solo puede encontrarse en la fuerza del espíritu.  Lo malo ocurre cuando el miedo nos paraliza. El poder de la voluntad se encuentra en el corazón de cada uno de nosotros, es una fuerza infinita que puede mover montañas, porque surge del poder del amor. Ese amor es tu autoestima. Es el amor que sientes por ti mismo.


INICIAMOS NUESTRO ENTRENAMIENTO 
“HABLA EN PÚBLICO EXITOSAMENTE” 
EL PRÓXIMO 7 DE MARZO DE 2015
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